• Estandarizar la capacitación en habilidades clínicas: Tener instructores en simulación permite estandarizar los programas de entrenamiento en habilidades clínicas específicas para la salud mental, asegurando que todos los profesionales reciban una formación coherente y de alta calidad.
   
• Adaptación a las necesidades específicas de la institución: Cada institución tiene sus propios desafíos y necesidades. Un instructor en simulación puede adaptar los programas de entrenamiento para abordar estas necesidades específicas, mejorando así la atención al paciente en contextos particulares.
   
• Promoción de prácticas basadas en la evidencia: Los instructores pueden mantenerse actualizados con las últimas investigaciones y prácticas basadas en la evidencia en el campo de la salud mental, integrando estos conocimientos en los programas de simulación para mejorar los resultados del paciente.
   
• Desarrollo profesional continuo: La presencia de instructores en simulación facilita el desarrollo profesional continuo del personal, permitiéndoles mejorar constantemente sus habilidades y conocimientos a través de la práctica simulada y la retroalimentación constructiva.
   
• Mejora de la seguridad del paciente: La capacitación en simulación ayuda a reducir los errores clínicos y a mejorar la gestión de situaciones críticas, lo que directamente se traduce en una mayor seguridad y mejores resultados para los pacientes.
   
• Fomento de un entorno de aprendizaje seguro: La simulación ofrece un entorno seguro para el aprendizaje, donde los profesionales pueden cometer errores y aprender de ellos sin poner en riesgo a los pacientes. Esto es especialmente importante en la salud mental, donde las interacciones pueden ser muy delicadas.
   
• Respuesta efectiva ante emergencias: La capacitación regular en simulación prepara al personal para manejar eficazmente situaciones de crisis y emergencias en salud mental, mejorando la respuesta institucional a estos desafíos.
   
• Cultura de mejora continua y trabajo en equipo: La simulación fomenta la reflexión, la crítica constructiva y el trabajo en equipo, contribuyendo a una cultura organizacional centrada en la mejora continua y la excelencia en la atención.

En resumen, el ISSM promueve la presencia de instructores en simulación en cada institución como una estrategia clave para avanzar hacia una atención en salud mental más efectiva, segura y adaptada a las necesidades actuales, asegurando que tanto el personal como los pacientes se beneficien de las mejores prácticas y conocimientos disponibles en el campo.